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lunes, 19 de noviembre de 2012
Ahorrar agua caliente
El agua caliente sanitaria es, después de la calefacción, el segundo consumidor de energía de nuestro hogar. ¿Qué quiere decir esto en cifras? La respuesta a este interrogante es bien clara: el agua caliente sanitaria representa el 26% del consumo energético total en tu vivienda. Cualquier mejora en tu hogar o cualquier cambio de costumbres puede mejorar, y mucho, esta cifra, reduciendo asimismo el gasto que supone dentro de la economía familiar.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) proporciona en su Guía Práctica de la Energía una serie de consejos para ahorrar agua caliente. Se trata de unas indicaciones muy fáciles de llevar a la práctica, y que en la mayoría de ocasiones no requieren de grandes reformas en el hogar. Empieza a ahorrar ya: ¡es más sencillo de lo que crees!
1. Opta por los sistemas con acumulación de agua caliente: son más eficientes que los sistemas de producción instantánea y sin acumulación.
2. Procura que los depósitos acumuladores y las tuberías de distribución de agua caliente estén correctamente aislados: evitarás las pérdidas de calor innecesarias, y reducirás tu consumo de energía.
3. Racionaliza el consumo de agua. ¿Cómo puedes conseguirlo? Pues siguiendo normas de uso común, como, por ejemplo, no dejar grifos abiertos inútilmente durante el afeitado o en el cepillado de dientes.
4. Una ducha consume cuatro veces menos agua y energía que un baño, aproximadamente, y es igual de eficaz para conseguir una completa higiene. Tenlo en cuenta.
5. Evita goteos y fugas de grifos. El simple goteo de un grifo del lavabo significa una pérdida de 100 litros de agua al mes. ¿Te imaginas lo que puede llegar a suponer en tu factura?
6. Existen en el mercado cabezales de ducha de bajo consumo que permiten un aseo cómodo, gastando la mitad de agua y, por tanto, de energía.
7. En los grifos se pueden colocar reductores de caudal, conocidos como aireadores, que contribuyen a disminuir tu consumo de agua.
8. Los reguladores de temperatura con termostato, principalmente para la ducha, pueden ahorrar entre un 4% y un 6% de energía.
9. Una temperatura entre 30 °C y 35 °C es más que suficiente para tener una sensación de comodidad para el aseo personal. Comprueba que tu caldera proporciona agua dentro de esta franja. La temperatura demasiado caliente te obliga a mezclar más agua fría para no quemarte, con lo que despilfarras más.
10. Si un cuarto de baño o cocina todavía tiene grifos independientes para el agua caliente y el agua fría, cámbialos por un único grifo de mezcla, conocidos como “monomandos”.
11. Los sistemas de doble pulsador o de descarga parcial para la cisterna del inodoro ahorran una gran cantidad de agua.
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